Estilos educativos parentales

Sin lugar a dudas hay muchas frases que pensamos en nuestra niñez acerca de la forma de educarnos de nuestros padres, por ejemplo: “Cuando tenga hijos yo no los voy a tratar así”. Sin embargo, cuando crecemos y tenemos nuestros propios hijos(as), no sabemos qué hacer.
No hay un manual que nos enseñe a hacer padres, y vamos creando nuestro estilo propio de ser padres, aunque este “estilo” no es que nosotros lo diseñemos, sino que intervienen múltiples factores y contextos como el social, familiar, cultural, educativo, ambiental y hasta factores genéticos, además de nuestras propias experiencias de vida.
Lo que sí es cierto, es que la forma en que educamos a nuestros hijos(as), principalmente en la primera infancia (hasta aproximadamente los 6 y 7 años), influye directamente en la persona en que se convertirán de adultos y los éxitos o fracasos que tendrán durante su desarrollo hacia la vida adulta.
Muchos estudios han determinado que existen principalmente 4 estilos de crianza: el autoritario o punitivo, el democrático o asertivo, el permisivo o sobre protector y el negligente o inhibicionista y, cada uno de ellos, tiene efectos positivos y negativos en nuestros hijos(as) y que determinan su capacidad de desarrollo cognitivo, social y emocional.
Cabe mencionar que como padres/madres, no tenemos un estilo educativo o de crianza puro, es decir, existe uno predominante que combinamos con otros estilos, pero es importante identificar nuestro estilo dominante para poder entenderlo y mejorar así la calidad de las interacciones cotidianas con nuestros hijos(as).
A continuación, te mencionamos las características de cada uno de ellos y sus consecuencias en nuestros hijos:
Permisivo o Sobreprotector: Los padres o tutores creen que ellos son completamente responsables de lo que le(s) pueda pasar a sus hijos(as); hacen hasta lo imposible para que disfruten de la vida sin pasar por preocupaciones o conflictos; creen que no son capaces o aptos(as) para realizar determinadas cosas y se sienten culpables si algo les ocurre por hacer algunas actividades, se enojan con facilidad si los hijos(as) les piden que los(as) dejen hacer cosas por sí solos(as) y sólo están tranquilos cuando tienen a sus hijos(as) bajo su supervisión directa.
Consecuencias: Tienen baja autoestima, carecen de desarrollo social, emocional y de autocuidado, no generan independencia, no tienen iniciativa ni límites.
Negligente o Inhibicionista: Este estilo de padres o tutores, no sienten culpa por lo que les pueda pasar a sus hijos(as) durante su desarrollo vital, ya que piensan que todos los niños(as) tienen la capacidad de desarrollarse por sí solos(as) y que ellos(as) pueden aprender por su propia cuenta de forma adecuada y no demuestran afecto hacia ellos(as) o hacia sus logros.
Consecuencias: Baja autoestima, son impulsivos(as), no respetan las reglas o normas, tienen bajo rendimiento académico, se involucran fácilmente en discusiones y conflictos, son poco sensibles a las emociones de los demás (poca empatía), presentas pocas habilidades de autocuidado y autonomía y, tienen altos niveles de ansiedad por inseguridad personal y buscan el reconocimiento y apoyo de figuras de autoridad externas a la familia.
Autoritario o Punitivo: Los padres o tutores con este estilo basan su educación en la rigidez y obediencia ciega, utilizando el castigo como método principal de corrección de conductas. No retroalimentan los logros de sus hijos, buscando constantemente sus fallas. No hay espacio para una comunicación afectiva ni para el establecimiento de acuerdos.
Consecuencias: Baja autoestima, desarrollan una pobre toma de decisiones, tienen conductas impulsivas y agresivas, su autorregulación emocional tiende a ser inadecuada, presentan estados de ansiedad generalizada, tienden a la depresión y cuentan con pocas habilidades sociales y emocionales.
Democrático o Asertivo: Los padres o tutores con este estilo basan su educación en el razonamiento y la negociación, supervisan las actividades de sus hijos(as) de manera racional. Actúan bajo los principios de los derechos y obligaciones propios y de sus hijos(as); mantienen una comunicación bidireccional y respeto a las reglas, acompañándolos(as) siempre con muestras de afecto.
Consecuencias: Tienen una alta valía de sí mismos(as), consolidan comportamientos adecuados a partir del reforzamiento creando hábitos saludables, tienen seguridad en sí mismos(as) y autonomía personal, acertada toma de decisiones, adecuado manejo social y emocional, tienen apertura para aprender cosas nuevas y la mayor parte del tiempo son alegres.